Hace varios años atrás, cuando tuvo lugar la guerra del Golfo Pérsico todos sentimos el terrible pánico de una posible tercera guerra mundial que hubiera aniquilado a casi toda la humanidad. Ahora se presenta otro conflicto similar en la zona de Corea del Norte. El futuro se presenta preocupante por el avance insensato de la tecnología militar. No solo, sino que también nos amenazan otras desgracias como la contaminación mundial, la depredación de la ecología natural y la destrucción de la capa de ozono. Todo esto sin contar el crecimiento de la maldad, la delincuencia, la promiscuidad , el hambre y la miseria frutos del egoismo humano. ¿Acaso el hombre llegará a destruirse a sí mismo? ¿ Así acabará la criatura creada a imagen de Dios? Y Dios ¿qué dice a todo esto? ¿Es su Voluntad que las cosas vayan así? ¿Le importa la situación humana? ¿O acaso El tiene propósitos sublimes que de todas maneras llegaran a cumplirse? Examinemos la Biblia para hallar respuestas esperanzadoras a tan cruciales preguntas. Toma tu Biblia y analiza este artículo con detenimiento.
En primer lugar recordemos que Dios es un ser Inteligente en grado sumo (lee los capítulos 38 y 39 del libro de Job). Por tanto para realizar una creación tan maravillosa como la que ha hecho es indudable que tenía en mente un PROPOSITO DEFINIDO. ¿Cuál es ese propósito creativo de Dios?
EL PLAN DE DIOS
"Dios nos escogió en Cristo desde antes de la Creación del mundo para andar en su presencia, consagrados a El y sin culpa. Por su amor determinó desde la eternidad que nosotros fueramos sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo conforme a lo que se había propuesto en su voluntad".(Efesios 1,4-5)
¡Este texto bíblico nos revela claramente cuál es el Plan de Dios! Dice que antes que existieran las cosas ya Dios había pensado en nosotros y había ideado un propósito para nuestra existencia.
Primero toma nota del singular amor que Dios nos tiene: ¡Aún no existíamos y ya Dios nos amaba!! Y Tanto nos amaba que quiso el destino más sublime para nosotros: ADOPTARNOS COMO HIJOS SUYOS. Pero no solo, sino además, hijos suyos SEMEJANTES A JESUCRISTO su Unico Hijo, de modo que él fuera el mayor entre muchos hermanos! (Romanos 8, 28-29). Qué tremendo propósito para nuestra existencia: LLEGAR A SER HIJOS DE DIOS SEMEJANTES A CRISTO. Comenzar siendo criaturas sacadas de la nada para llegar a ser MIEMBROS ETERNOS DE LA FAMILIA DE DIOS. El Catecismo de la Iglesia Católica promulgado por Juan Pablo II nos dice al respecto: "El hombre es predestinado a reproducir la imagen del Hijo de Dios hecho hombre... para que Cristo sea el primogénito de una multitud de hermanos y hermanas"(Nº 381).
Habiéndo señalado Dios tan alta meta para el hombre procedió a crear "el cielo y la tierra"(Génesis cap.1). Todo lo hizo bien pensando en el máximo beneficio de la criatura predilecta que iba a dar existencia. Abasteció la tierra con todo lo necesario para una vida digna. Luego procedió Dios a crear al hombre con las facultades adecuadas para que pudiera alcanzar el destino que le había señalado. ¿De qué manera lo diseñó? De la mejor manera: ¡Lo hizo a su propia imagen y semejanza!!(Génesis 1,26). ¿Y qué significa esto? Significa que Dios le dió cualidades semejantes a las suyas (Un mayor análisis de la Creación del hombre lo veremos en el próximo número de MSXXI).
Finalmente le bendijo y le dió la misión de poblar y gobernar bien la tierra (Génesis 1,28). El Plan de Dios estaba en marcha. ¿Qué debía hacer ahora el hombre? Sencillamente vivir en la Tierra a la altura de su gran destino como lo indica el mismo texto de Efesios 1,4: "Andar en la presencia de Dios, consagrado a El y sin culpa..." Y así alcanzar la Vida Eterna al lado de Dios. Un excelente resumen de estos puntos nos lo da el documento de Puebla: "El hombre eternamente ideado y eternamente elegido en Jesucristo debía realizarse como imagen creada de Dios, reflejando el misterio divino en sí mismo y en la convivencia con sus hermanos, a través de una acción transformadora sobre el mundo. Sobre la tierra debía tener, así, el hogar de su felicidad, no un campo de batalla donde reinasen la violencia, el odio, la explotación y la servidumbre" ( Puebla Nº 184).
Entonces ¿Cuál es el magnífico Plan de Dios? Es la creación del hombre con el excepcional propósito de hacerle su hijo adoptivo semejante a Cristo. Tal es el propósito de la existencia de todos los seres humanos. Al margen de las razas, religiónes e idiomas todos nacemos predestinados a ser hijos de Dios. Por tanto podemos tener la seguridad que el hombre NO llegará a destruirse a sí mismo pues esa no es la Voluntad de Dios. Dios nos ha hecho conocer el plan que El mismo se había propuesto llevar a cabo: CREARNOS PARA HACERNOS SUS HIJOS. Y este plan se cumplirá fielmente a su debido tiempo (Efesios 1,8-10). Por supuesto que dicho destino no de realizará en todos automaticamente, sino que dependerá de la libre aceptación por parte de cada uno de sus criaturas humanas.
LA IMPORTANCIA DE CONOCER EL PLAN DE DIOS
Qué lamentable es ver que muchas personas desarrollan sus vidas sin ningún sentido en el mundo. Más aún siendo creyentes. Viven por vivir. Solo se afanan por pasarla lo mejor posible mientras duran en el mundo. No saben de donde vienen ni saben a donde van ni porqué existen. Ni siquiera se han planteado estas preguntas fundamentales de la vida. Arrastran el peso de la vida en una existencia vacía que cualquier día termina inesperadamente. ¡Que triste y miserable es la vida cuando no se conoce el magnifico plan de Dios! ¿De qué sirve creer en Dios si nuestra fe no da sentido a nuestra existencia ni ilumina nuestro porvenir?
Tú hermano, despierta. Conoce el propósito de tu vida y vive según él.Tú existes por designio divino y con un propósito específico: llegar a ser hijo de Dios para toda la eternidad. Reflexiona detenidamente las tremendas implicancias de esta verdad.
Significa primeramente que tú eres una persona creada y amada por Dios. No eres fruto del azar. Antes que nacieras NADIE pensaba en tí. Pero Dios ya te había elegido en su mente para crearte y hacerte su hijo. Te ha dado esta existencia para que ejercitando tu inteligencia y tu libertad alcances tan alto destino. Por tanto Dios no solo es tu Creador sino también tu Padre. Por muy buenos que hayan sido tus padres Dios es más plenamente Padre tuyo que ellos pues es Padre de todos y da a todos la vida el aire y las demás cosas (Hechos 17,25). Y si tus padres no fueron buenos o careciste de ellos ahora es el momento de asumir tu relación filial con tu Padre Celestial. ¡No eres un huérfano total! ¡Dios es tu Padre! Mira lo que él dice: "¿Acaso una madre olvida o deja de amar a su hijo? Pues aunque ella te olvide YO NUNCA TE OLVIDARE"(Isaías 49,15). Y Jesús remarcó: "¿No se venden cinco pajarillos por dos monedas? Sin embargo Dios no se olvida de ninguno de ellos. En cuanto a ustedes, hasta los cabellos de la cabeza los tiene contados. Así que no teman: ustedes valen más que muchos pajarillos"(Lucas 12,6-7). Dios es pues tu Padre y te ama sin medida.
En segundo lugar significa que tu tienes un valor personal incalculable. TU VALES MUCHO PARA DIOS. Por tanto es imperativo que empieces a vivir a la altura de tu real dignidad . Vive de acuerdo al Plan que Dios ha trazado para tí: ser un hijo suyo. ¡Basta ya de vivir por vivir! Tú eres una persona con un alto destino. Créelo de corazón y desecha ahora mismo tus complejos. Deja de menospreciarte por causa de algún defecto o limitación física. Valórate en tu verdadera dimensión. Tú vales por el amor con que fuiste creado y por lo que estás llamado a ser : un hijo de Dios. Lo que ahora importa es lo que vas a hacer con esta vida que El te ha dado. ¡VIVELA COMO DIOS QUIERE!! Si hasta hoy le has fallado pídele perdón y empieza de nuevo. Y esta vez trata de no fallar. Agradece a Dios cada mañana el haberte dado la vida y no pisotees ya más tu valiosa dignidad en los vicios y pecados. Al contrario: esfuerzate en ser una imagen limpia y perfecta de Dios a quien debes amar sobre todas las cosas.¿Por qué vivir una vida de pollo teniendo vocación de aguila? ¿Por qué vivir esclavizados a las preocupaciones materiales si somos hijos del Dios vivo y todopoderoso? (Mateo 6,25-34; Romanos 8,14-17).
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