viernes, 13 de junio de 2008

VOCACIONES ... TERCERA PARTE Y FINAL

Elementos del discernimiento.

Aunque el discernimiento no es la faceta más importante de una búsqueda vocacional exitosa, déjenme de todas maneras insistir que es necesaria y encontrar una manera para hacerlo bien.

Actitud: Con el riesgo de repetir, si estas muerto de miedo a lo que una vocación implica, vas a encontrar que es más difícil abrirte y aceptar que te está pasando a ti. Pero hay que tener valor, pues, además de la oración hay otros medios sencillos y prácticos que te serán de ayuda para sobreponerte a este miedo.

Uno es conocer personas que viven el tipo de vida que estás considerando, (Comunidad, Movimiento, Seminario, etc.). Visítalos, date cuenta de que están hechos del mismo barro que tú, que han tenido y tienen dificultades, y que aún siguen respondiendo a su llamado.

Otro es probar este modo de vida por ti mismo. Una visita lo suficientemente larga para conocerla realmente. Si ahí es donde Dios te quiere, vas a comenzar a descubrir las ayudas que Dios ha construido en este tipo de vida para un pobre y débil ser humano como tú y así poder vivirla. Esta es una gran ayuda vocacional.

Otra es sacudirte de todo narcisismo espiritual. Deja de pensar en ti mismo y en tus dones. Comienza a pensar cómo puedes ayudar mejor a los otros y a Cristo. No busques tu comodidad.

Lee. Pero lee cosas que inspiren. Los Evangelios. Los Hechos de los Apóstoles. Vidas de Santos. Su heroísmo puede ayudarnos a transformar nuestras actitudes. Ellos pueden prender un fuego en nuestro corazón.

Oración para recibir luz: No hay mucho en realidad no hay nada que hacer para ponernos en sintonía con Dios sin la ayuda del Espíritu Santo. Esta luz viene a través del ejercicio de la fe, dejando que la fe nos presente todo bajo una nueva luz. (Sin fe tu nacimiento se puede explicar por pura casualidad o la confluencia de algunas circunstancias; con fe tu nacimiento, tu vida, es un don dado por Dios.)

Autoconocimiento: Tenemos un cierto grado de autoconocimiento, pero para estar seguros de que no nos estamos engañando necesitamos la ayuda de otra persona. Necesitamos:

Dirección Espiritual. Tenemos que participar nuestros pensamientos y experiencias a otra persona, alguien que nos dé confianza, nuestros pensamientos y experiencias. Y después seguir sus recomendaciones.

¿Signos? Los necesitamos, pero más especialmente tenemos que reconocer los que ya tenemos. Esto significa:

Aceptar lo ordinario: Hay una cierta tendencia de buscar signos y experiencias extraordinarias. Aquí hay unas de las ordinarias que podemos olvidar, y son más atractivas: el hecho que estás pensando en una vocación; tu camino espiritual y tu experiencia; la providencia de Dios en tu vida (desde el don de la vida misma hasta la circunstancia en la que has tenido que vivir; los dones que Dios te ha dado; las dificultades que él ha permitido que pases), todas estas nos marcan y enseñan el camino por el que Dios nos ha llevado.

Sacudirse el escepticismo: El idealismo no está de moda. Esto no es una sorpresa, en una era en la que se ha reducido el amor al s exo y la felicidad al hedonismo.

Para descubrir tu vocación y aceptarla debes tener la ilusión y esperar al menos lo mismo que una pareja de enamorados que se van a casar. Tienes que tener aún más ilusión.

Para discernir tu vocación tienes que soltar las amaras que nos ciegan a lo simplemente pragmático, la desconfianza en la que nos cría la sociedad. Tienes que creer en un tipo de vida y de gente que no es tangible la dimensión del espíritu que se encuentra aún escondida, y la sed de la bondad y de la verdad que se encuentran en el alma de cada uno y que aún no están satisfechas. Tienes que creer con entusiasmo que Cristo es más necesario para tu prójimo que un nuevo barco, la segunda casa, el tercer coche o una promoción próxima. Tienes que creer que la sociedad le necesita más a él que al TLC, que al Euro o los donativos del Fondo Monetario Internacional. Tienes que creer que este éxito y alegría serán valoradas en la siguiente vida más que en esta. Tienes que creer que la eternidad perdura y esta vida pasa.

Tienes que estar listo para hacer lo que casi todo tus amigos dirán que es una locura.

Equilibrio en el discernimiento.

De lo arriba mencionado queda claro que el paso en el discernimiento (que solo tiene valor si es un preludio de la acción) envuelve dos diferentes aspectos que pueden ser interpretados como conflictivos. El primero es intelectualizar, convertir el discernimiento en un problema que debe ser resuelto principalmente en la mente aunque quizá, sí, con la ayuda de una oración pero el énfasis permanece en que es uno mismo quien puede resolver el problema. El otro es intuitivo, un reconocimiento interior, guiado más por el movimiento de mi corazón, con el énfasis en la fe, y que muchas veces comienza por un ejemplo viviente o experiencia directa.

Ambos deben estar presentes. La mezcla depende del individuo, pero el racionalista presente en mí debe dejar paso al creyente, y el creyente tiene que usar el don de Dios de la razón. Ninguno de los dos debe olvidar que donde está nuestro tesoro es donde estará nuestro corazón, y que nuestro corazón más que nuestra razón, debe determinar nuestras decisiones, al menos a largo plazo.

Por tanto es en última instancia una cuestión de dar a Dios su lugar y hacerlo mi tesoro.





TENEMOS UN GRAN EJEMPLO DE VOCACION, YO PERSONALMENTE VIVI TODO EL PROCESO DE DICERNIMIENTO DE MI AMIGO Y COORDINADOR DE COMUNIDAD RAUL TORO MORALES, FUE DIFICIL PARA EL Y PARA TODOS LOS QUE ESTAMOS CERCANOS A SU VIDA.

FUE UNA EXPERIENCIA MUY COMPLEJA Y HERMOSA , AL VER COMO DIOS PONE LAS PERSONAS NECESARIAS EN EL CAMINO PARA QUE UNO PUEDA DESPERTAR A ESTE GRAN SUEÑO DE DECIR "SI" A DIOS.

RAUL ESTA EN UN HERMOSO CAMINO, HAGAMOSNOS LA MISMA PREGUNTA... ¿QUIERES SEÑOR QUE TE SIGA, OFRECIENDO MI VIDA A MIS HERMANOS Y A TU SANTA IGLESIA?

NO NOS OLVIDEMOS DE ESTE GRAN EJEMPLO DE VALENTIA QUE NOS HA DEMOSTRADO ESTE "GRAN" AMIGO NUESTRO, RECEMOS POR EL Y PARA QUE EL SEÑOR MOTIVE A JOVENES DECIDIDOS, A PREGUNTARSE QUE ES UNA VOCACION.




TE EXTRAÑAMOS Y TE RECORDAMOS SIEMPRE...

1 comentario:

Anónimo dijo...

te quiero mucho raulito, que dios te bendiga